Cuando hablamos de anquilosis lo hacemos de la disminución ya sea parcial o total de la capacidad de movimiento de una articulación.
Causas de la anquilosis
Las causas de la anquilosis son muy diversas, pueden ser producto de procesos reumáticos como la artrosis o la artritis reumatoidea, inflamatorios como la espondilitis anquilosante, enfermedades degenerativas o congénitas, como consecuencia de procesos traumáticos y también como producto de procesos infecciosos.
Cualquiera de estos procesos puede disminuir e incluso impedir la movilidad de una articulación.
Clasificación
Se podría clasificar de la siguiente forma:
- Según los tejidos afectados: si los tejidos comprometidos son los tejidos óseos que forman la articulación hablaremos de anquilosis ósea, si la falta de movilidad articular es debido a procesos inflamatorios de los tejidos blandos, entonces hablamos de anquilosis fibrosa o falsa.
- Según la zona afectada: rodilla, columna, cadera, etc.
- Según la evolución: permanente o transitoria.
Síntomas
- Rigidez articular con perdida paulatina de la movilidad.
- Dolor a nivel de la articulación afectada.
- Inflamación que puede cursar fiebre.
Tratamiento
El tratamiento médico de la anquilosis va dirigido a mejorar los síntomas así como intentar corregir la causa subyacente de la enfermedad, dicho tratamiento va a incluir el uso de antiinflamatorios y analgésicos para la disminución de los síntomas.
En casos que la medicina conservadora y la fisioterapia no sean suficientes se puede recurrir a la cirugía para intentar reparar la articulación, ya sea mediante laparoscopia o a través de una cirugía abierta.
Fisioterapia
El objetivo del tratamiento fisioterápico va a orientado a recuperar en todo lo posible la movilidad articular, disminuir el dolor y la inflamación, para ello disponemos de un arsenal terapéutico lo suficientemente amplio, como puede ser la realización de ejercicios terapéuticos, diatermia, terapia manual o la electroterapia.